jueves, 6 de junio de 2013

Cadenas para la puerta trasera abatible

Los coches a principios de los 60 podían salir de fábrica con 4 configuraciones:
-Completamente descapotado
-Con capota de chapa
-Con capota de lona
-Con media capota pickup

En todos los casos salvo en la que tenía la capota dura de chapa, llevaban una puerta trasera abatible tipo pickup. La versión cerrada llevaba una puerta "normal" con bisagras laterales.

Estas puertas abatibles estaban pensadas para la carga de material y se podían dejar abiertas en cualquier posición mediante el uso de unas cadenas que ataban a la puerta mediante unos cierres con forma de "cola de cerdo".

Hace tiempo me pude llevar de un desguace las cadenas y puerta de un pickup (en no muy buen estado), y pensé ir avanzado colocando al menos las cadenas en el coche. Para ello tendré que realizar unos taladros laterales en el interior de la carrocería trasera, sin necesidad de refuerzos ya que en los pasos de rueda hay unos colocados de fábrica.

Las cadenas estaban muy sucias, llenas de mugre y faltas de las fundas protectoras que llevaban originalmente con el propósito de evitar ruidos y roces contra la carrocería.


Estas fundas se venden en uk, al menos las reproducciones, pero no estoy seguro de si seguirán existiendo existencias de fundas originales. No son caras, pero su fabricación es muy sencilla, por lo que pensé en hacerlas yo mismo. 

Es tan sencillo como coger una pieza de vinilo negro que cualquier tapicero nos pueda regalar un retal, y coser el lateral.


Se le da la vuelta para esconder la costura y listo 

La cadena se limpió y le apliqué un poco de vinagre con un estropajo para reavivar el galvanizado, y recorté de un trozo de goma muy fina, una junta que colocaré para no estropear la carrocería del coche.



Ya os pondré una foto del resultado una vez montadas.



Tapizado interior "económico pero aparente"

No soy nada fan de las no originalidades en los coches clásicos, es decir, me gusta dejarlos tal y como salieron de fábrica, sin añadidos.

Pero como la vida no es negro o blanco, hay veces en las que hago excepciones: unos latiguillos de freno en pro de la seguridad, tornillería nueva en pro de mi estabilidad emocional, etc.

Los land rover santana series 2a, al menos las primeras unidades como la mía, nunca llevaron lujos, y mucho menos tapizados. En el mejor de los casos, y no estoy seguro si era algo de origen o era un accesorio, llevaban unas alfombrillas de goma.

Pero incluso usando esas alfombrillas, buena parte de la carrocería interna queda muy expuesta a los roces y golpes, así que tomé una decisión rara en mí: tapizar "un poquito" el interior.

Lo mejor era buscar moqueta al metro que luego pudiera cortar a medida y adaptar a las zonas que quiero proteger. Después de buscar y comparar precios, encontré que en Leroy Merlín tienen la solución perfecta: una moqueta de color gris oscura (la típica de maletero) con un precio de derribo de 4 euros metro cuadrado. Así que me llevé 4 metros cuadrados, total 16 euros.

Por ahora he empezado por la parte trasera del coche, y más adelante cubriré la delantera.

La moqueta se corta fácilmente con un cutter o navaja, y de adapta bien a las esquinas. Por ahora la he puesto sin pegar, y pretendo no hacerlo, como mucho usaré cinta de soble cara para pegar los bordes y que no se levanten.

Mi intención es doble: proteger la chapa y pintura de golpes y roces, y tal vez ayudar a reducir el ruido.

El resultado es bueno, especialmente teniendo en cuenta el precio, y me permitirá por ejemplo pasar fácilmente la aspiradora cuando quiera limpiar el interior de polvo.



En las fotos se puede ver una alfombrilla de goma, que fue un auténtico hallazgo que hice hace unos años en un desguace. Es una alfombrilla con el logo Land Rover Santana en el centro, y es la única que he visto nunca que haya sobrevivido hasta nuestros días. Alfombrillas delanteras originales he visto muchas, pero la de la zona de carga nunca. Tiene alguna que otra raja, que arreglaré pegando unos parches de goma por la parte inferior con cola de contacto (como si fuesen los parches de una bicicleta). Con eso se consigue que esos rotos no vayan a más