Hace unos meses tuve la oportunidad de escribir un artículo
sobre la restauración de las puertas de mi Land Rover. En aquella ocasión
realicé la primera parte que consistía en el desmontaje de las puertas, y ahora
realizaré la segunda parte que consiste en la reparación, montaje y pintado.
Todas las puertas de los Land Rover suelen tener el mismo
problema, el travesaño inferior de acero se pudre. Dependiendo del estado de
podredumbre puede suponer un problema estructural de la puerta. A nivel
nacional las reparaciones siempre han sido bastante chapuceras, limitándose a
enmasillar en el peor de los casos o aplicar fibra de vidrio en el mejor de
casos. Afortunadamente en el mercado inglés se pueden conseguir a módico precio
de unos 8 euros un perfil de acero con el tamaño y forma adecuado.
Una vez
encargados en Paddock Spares dos unidades de perfiles adecuados los llevé al
herrero del pueblo cercano junto a los marco. Primero soldaron unas pletinas perpendiculares y paralelas para evitar que el marco de
deforme una vez cortado el travesaño inferior. Una vez soldadas las pletinas,
se cortó el travesaño y soldaron con una MIG los travesaños nuevos.
Una vez en casa, el primer paso era montar el marco en el coche para comprobar su correcto ajuste. El marco estaba algo caído en el lado derecho, así que posiblemente tendré que agrandar los agujeros de la bisagra superior para poder jugar con los tornillos.
Para evitar que en el futuro se pueda pudrid el nuevo
travesaño, realicé varios agujeros a modo de drenaje, dos de ellos
justamente debajo de la soldadura con
los travesaños verticales de forma que pueda meter la cánula de aplicación de
cera de cavidades.
El resto del marco no estaba en mal estado pero tenía varias capas de pintura y había puntos de óxido superficial en las
esquinas. Eliminar todo el óxido y la pintura de forma manual me hubiese
llevado posiblemente dos días de duro trabajo, y nunca quedaría todo lo bien
que a mí me gusta. Así que volví a usar de nuevo el sistema de limpieza con
chorro de arena. Como los marcos son más grandes que la cabina que tengo, tuve
que llevarlos al profesional que últimamente me hace todos estos trabajos. En
Pinturas Palomo en Camuñas (Toledo), tienen un sistema potente y en pocos
minutos pueden hacer el trabajo.
En este pequeño vídeo se puede ver cómo limpian el marco
usando una escafandra para protegerse de la arena y polvo que genera.
Una vez perfectamente limpio con el chorro de arena se eliminaron los restos de polvo con el limpiador de siliconas que usan los pintores y aplicando posteriormente un par de manos
de imprimación fosfatante.
La piel de aluminio fue reparada de pequeños golpecillos con
ayuda de un martillo y un tas (bloque de metal que se coloca detrás de
la chapa cuando se golpea con el martillo).
El paso más importante a la hora del montaje de la piel de
aluminio, es reblandecerlo. El aluminio cuando se golpea varias veces o se
dobla y abre, se va endureciendo y si se continúa se llegará a partir. Para
evitar esto, hay que calentarlo con ayuda de un soplete hasta el punto donde se
vuelve maleable, obviamente sin llegar a la temperatura donde se pueda
derretir. Cualquier soplete de fontanero sirve. Como en ese momento tenía la
botella gastada, tuve que usar un soplete de cocina, pero que cumple
perfectamente su cometido. Esta técnica en inglés se llama “annealing”.
El siguiente paso fue limpiar la zona de contacto de la piel
de aluminio con el marco de metal, usando un papel de lija y limpiando
posteriormente todo residuo con el limpiador de siliconas.
Originalmente el marco llevaba un silicona entre él y la piel
de aluminio pegando ambos elementos y evitando molestas vibraciones de la
chapa de aluminio. Compré un tubo de poliuretano negro de SikaFlex, modelo 11FG
o algo así. Apliqué unos cordones por todo el interior del marco y presenté el
marco en la piel de aluminio. El conjunto se colocó en una mesa de madera
plana, y apreté todo el conjunto mediante gatos, pinzas, y varias baterías de
plomo. Obviamente hay que centrar el marco en la piel de aluminio usando como
guía los agujeros de los remaches que se quitaron.
Al día siguiente realicé el último paso que consiste en
doblar el borde de la piel de aluminio. Sin llegar a quitar todos los gatos y
pinzas, fui doblando de nuevo las esquinas con el uso de un martillo y un taco
de madera (de una caja de frutas en este caso!). Es un proceso muy sencillo,
tan sólo hay que ir dando martillazos suaves al aluminio, trabajando poco a
poco toda su longitud.
Una vez terminado todo el proceso de montaje, terminé todas
las superficies usando lija de mano para los puntos complicados y la lijadora
orbital neumática que compré en Lidl (40 euros muy bien invertidos). Llevé al pintor las dos puertas junto a
sus bisagras que igualmente se habían limpiado con chorro de arena, y aplicó
varias manos de imprimación y tres manos de pintura.
Un punto muy interesante que he aprendido y me hubiese
gustado aprender antes, es que la imprimación se puede teñir. Normalmente las
imprimaciones son blancas, gris claro, o beige. Con cualquiera de ellas si se
pinta luego con una pintura oscura, cuando se produce un golpecillo se verá la
imprimación por debajo y se notará mucho. En mi caso la imprimación se tiñó con
un poco de verde, de forma que nunca se notará por debajo de la pintura.
(la foto superior corresponde a la puerta trasera abatible con la imprimación teñida de verde ya aplicada, el proceso de restauración de esta puerta merece un artículo a parte)
El resultado de la puerta como puede verse es fantástico, sin óxidos y con toda su pintura nueva. Estas puertas al ir desnudas y sin ningún tipo de guarnecido interior, hay que pintarlas con mucho cariño, para que el acabo interior sea igual de bueno que el exterior.
Tan sólo queda montar las cerraduras, poner los remaches macizos de aluminio (lo veremos en otro artículo) y colocar la pletina galvanizada superior.
